A fines de la década de los 80 el país atravesaba una de las épocas de inestabilidad social, política y económica más complicadas de la historia peruana. Los bloqueos y ataques subversivos en la sierra del país, hicieron que las grandes empresas internacionales dejaran de abastecer de productos a diversas regiones.
Fue entonces que en medio de esta coyuntura los ingenieros Jorge Añaños y Tania Alcázar -quienes manejaban una empresa propia de distribución de cerveza- lograron identificar una oportunidad de negocio con la cual también podrían beneficiar a su comunidad. Así pusieron en marcha un sueño que ambos tenían cuando cursaban ingeniería en la Universidad San Cristóbal de Huamanga: crear una bebida gaseosa con el propósito de dar todo su espíritu emprendedor y alimentar un futuro próspero.
Muchos profesores y compañeros de estudio de Tania -quien se graduó de ingeniera química- recuerdan que los juntaba y hacía probar diversas bebidas gasificadas desarrolladas por ella misma. Nadie imaginó que de dichas fórmulas nacería Kola Real, una gaseosa que ha logrado conquistar el corazón de millones de personas alrededor del mundo.
Kola Real: Un sueño hecho realidad
Para poder poner en marcha su objetivo Tania y Jorge obtuvieron un crédito bancario con el cual pudieron comprar una máquina artesanal para fabricar y envasar las bebidas gasificadas. Así con su primer equipo pudieron instalar su primera fábrica en la casa de Eduardo Añaños y Mirtha Jerí, padres de Jorge. Ellos en sociedad con el mayor de sus hijos (Jorge) y su esposa (Tania) iniciaron el negocio.
Así en junio de 1988, se elabora la primera Kola Real, cristalizando el sueño de la familia Añaños Alcázar. Con el pasar de los años la demanda fue creciendo y eso llevó a aumentar la producción y número de trabajadores.
Tiempo después ante el acelerado incremento de la demanda por Kola Real, los Añaños Alcázar y los Añaños Jerí decidieron tomar caminos distintos y dividirse los mercados, pero siempre compartiendo las marcas Kola Real, Sabor de Oro y Agua Cielo. De esta manera, Jorge y Tania quedaron al mando de Industrias San Miguel (ISM); mientras los cinco hermanos Añaños Jerí crearon Inversiones Huancayo que posteriormente sería AJE.
Transnacional referente de éxito empresarial
En estas poco más de tres décadas, ISM ha logrado expandir su portafolio con más de 20 marcas propias a nivel mundial en las cuales destacan: KR, Cool, Loa, Kero, Fruvi, Kris, Yulo, Frutop, Generade y las recientemente adquiridas Energina y Black.
Cintya Añaños (hija de Jorge y Tania), gerente general de ISM en Perú y Chile, destaca que uno de los hitos más importantes en el desarrollo de su compañía fue la apuesta por la internalización que empezó en Chile. Para luego abrir su primera planta en República Dominicana.
“Hemos tenido una gran aceptación en el mercado dominicano. A tal punto que muchos piensan que ISM es una empresa de ese país, lo cual nos llena de mucho orgullo porque una marca peruana conquista los paladares del mundo y continúa haciendo historia”, comenta Cintya.
El legado continúa
Desde hace 10 años, Jorge Añaños y Tania Alcázar decidieron que sus cuatro hijos (Cintya, Katerina, Hans y Arturo), asuman las riendas de esta compañía multilatina. Cada uno de ellos ha contribuido al crecimiento continuo de ISM. No obstante, los fundadores se mantienen en el directorio de la compañía, pues su experiencia y conocimiento del negocio, sin duda, contribuye. Bajo esta estructura los resultados han sido tan buenos que son materia de investigación en las principales escuelas de negocios de la región como caso de éxito.
Con la finalidad de continuar creciendo y arribar a nuevos mercados, ISM ha incursionado en sectores como el agrícola. Hoy cuentan con Agro ISM, donde cultivan arándanos y granadas para exportar a China, Europa y EEUU. Asimismo, han ingresado en negocios digitales como marketplace y billeteras digitales.
Esta compañía bajo el propósito de “Dar todo su espíritu emprendedor para alimentar un futuro próspero” guía todo su accionar y su espíritu de trascender con un triple impacto: económico, social y ambiental.
El ADN de toda la familia de ISM, es pasión, calidad y trascendencia. Por eso, a lo largo de estas décadas, han buscado alimentar al mundo, hacer historia, romper paradigmas y democratizar el consumo de alimentos y bebidas. 35 años después de elaborar la primera botella de Kola Real, ISM reescribe su propia historia bajo el compromiso de alcanzar un futuro próspero.
Fuente: El Comercio